miércoles, 10 de abril de 2019

La supuesta izquierda de Torrelodones y sus mil cambios de nombre

Fernando Rey, ex-coordinador de Izquierda Unida
y candidato número 7 de nuestra lista electoral

En 2013, un grupo de vecinos decidimos reaccionar ante la aparente ausencia de un referente de izquierdas en Torrelodones, tras seis años sin representación municipal de Izquierda Unida como resultado de una acción personalista e interesada: el nacimiento de Actúa, primero como agrupación de electores, luego como partido político, y en tercer lugar dentro de la coalición títere de Confluencia Ciudadana.

Cuando ese año fui nombrado Coordinador de la Asamblea de Izquierda Unida Torrelodones, comenzamos una carrera contrarreloj de cara a las elecciones municipales de 2015. La reconstitución de la Asamblea, tras años de inexistencia, coincidió en el tiempo con la creación de Podemos y el revulsivo que supuso para la izquierda, lo cual puso de manifiesto la necesidad de acercarse a otros actores políticos y sociales de Torrelodones. El objetivo entonces fue aunar fuerzas en una candidatura conjunta, con representantes de distintas formaciones de sensibilidad progresista, desde las ya citadas hasta el PSOE, así como personas independientes; una candidatura que hiciera frente a las derechas oficiales y de facto (PP y Vecinos por Torrelodones) que nos habían gobernado los últimos años.


El primer intento de elaborar una candidatura conjunta fue frustrado. Mientras que los integrantes de Podemos rechazaron converger con los “partidos de siempre”, Actúa tan solo quería ponerse el sello de la izquierda de forma interesada. Finalmente, se trabajó para construir una candidatura entre IU, PSOE e independientes que pusiera en el centro de atención un proyecto progresista para Torrelodones por encima de los intereses personales. Desgraciadamente, el tiempo que perdimos intentando dialogar con quienes primaron sus intereses o los de sus siglas por encima de los de su pueblo, impidió que la candidatura saliera adelante a tiempo para las elecciones.

Hoy la historia vuelve a repetirse. Izquierda Unida, tras pasar cuatro años desaparecida del panorama municipal, vuelve al tablero político a dos meses de las elecciones de la mano de Actúa y Los Verdes para blanquear la cuarta reencarnación política de Miguel Ángel Mur. No contentos con ello, buscan llevarse por delante a Confluencia Ciudadana, cuyos miembros han decidido, democrática e irónicamente, confluir consigo mismos y cerrar la puerta a candidaturas con otros partidos o personas. A tan solo unos meses de las elecciones municipales, las opciones electorales que buscan el voto de izquierdas se han multiplicado. Ante esta situación, he llegado a la conclusión de que los Socialistas de Torrelodones son la única opción progresista que ha demostrado coherencia y responsabilidad de forma continuada en el tiempo.


Durante mi etapa en Izquierda Unida comprendí que, en política local, lo que realmente importa son las personas que sustentan un proyecto, incluso por encima de las propias siglas. El proyecto político que defienden el PSOE y Rodrigo Bernal para las próximas elecciones municipales, así como el compromiso de sus militantes y simpatizantes, se presentan como la principal alternativa de izquierdas frente a los personalismos y las carencias programáticas que presentan Actúa-IU, Confluencia o Podemos.


En un momento clave en el que el peligro de la derecha, con sus malas artes, y el agotamiento del proyecto vecinista son más evidentes que nunca, urge la necesidad de apoyar a una candidatura, la del PSOE, que ha luchado como ninguna en este Ayuntamiento por la ampliación de las políticas sociales en Torrelodones y el refuerzo de los servicios públicos, tanto por aciertos propios como por incomparecencia de otros actores llamados a abanderar esas causas.


Fernando Rey. Ex coordinador de Izquierda Unida en Torrelodones y candidato número 7 de la lista del PSOE a las elecciones municipales.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Socialistas de Torrelodones: 40 años de trabajo por nuestro pueblo


Queda poco menos de dos meses para las elecciones municipales y, según se van sucediendo los acontecimientos, parece que algunos han emprendido una enloquecida carrera que, sinceramente, no se si les va a llevar a alguna parte. Por un lado asistimos a un indisimulado cruce de puñaladas entre quienes han sido hasta hace bien poco compañeros de partido. Ya lo decía el insigne Winston Churchill cuando un inexperto diputado le preguntó si en la bancada de enfrente se sentaban los enemigos. El viejo estadista le contestó, allí se sientan nuestros adversarios, los enemigos se sientan entre nosotros.

El ejemplo más vívido de esa situación es lo que se está viviendo más o menos soterradamente entre las formaciones que dicen situarse a la izquierda del PSOE y otras que no se sabe muy bien dónde están. Nos desayunamos día sí y día también con desencuentros cada vez más sangrantes entre quienes han aspirado a ser la fuerza hegemónica de la izquierda en nuestro país o han soñado con convertirse en el referente más moderno que la política española ha visto en toda su historia.

 A la desbandada de parte de la dirección que han sufrido fuerzas como Podemos, que ha visto como poco a poco se iba disgregando el grupo fundacional que les llevó a tocar casi el cielo con las manos, se suma el espectáculo de portavoces que se han dejado la piel durante cuatro años defendiendo las posturas de Ciudadanos en nuestro municipio y que, llegada la hora de la verdad, se ven descabalgados porque parece ser que no cumplían el perfil que sus jefes quieren presentar a los electores.

Caso aparte merece la reaparición de grupos políticos que, a pesar de tener nutrida representación en la Asamblea de Madrid y hasta en el Congreso de los Diputados, como es el caso del enésimo círculo local de Podemos no han movido ni un dedo durante los cuatro años de legislatura para tratar de resolver los problemas de sus vecinos. Algunos de ellos han dicho que vuelven, como la nueva reencarnación de Izquierda Unida que parece que va a caminar del brazo de lo que queda de Actúa, lo cual es síntoma de que se habían marchado porque para volver a alguna parte hay que abandonarla previamente.

En el otro extremo nos encontramos con un grupo mayoritario en nuestro Ayuntamiento que sigue demostrando sus habilidades manipuladoras de la opinión pública. Dicen que han renunciado a la subvención municipal que sí hemos usado el resto de grupos de municipales, pero se callan que siendo gobierno tienen todos los medios del Ayuntamiento, incluidos los de comunicación, a su entera disposición.

Además confunden a los ciudadanos al dejar caer que ese dinero público sirve para sostener la actividad de los partidos, lo cual es totalmente falso y profundamente torticero ya que saben perfectamente a qué se puede destinar esos fondos. Desde luego a elaborar el programa electoral de un partido no se puede hacer con la subvención municipal, tal como se se encarga de controlar la intervención del Ayuntamiento cuando los grupos, y el PSOE el primero, hacemos entrega de la correspondiente justificación con detalle de todos y cada uno de los gastos en que hemos incurrido y de las empresas y profesionales que han trabajado para nosotros.

En muchas de las maneras de esta nueva pero vieja política se esconde un mensaje inquietante: antes de nosotros no había nada y cuando nos vayamos la nada volverá. Es lo que algunos pensadores denominan adanismo, una forma de entender la vida que se trasluce en que algo o alguien es el origen de todo y que antes de ellos, como sucedió con Adán, nada existía.

Desde hace muchos años, en concreto desde 1931 que fue cuando se fundó la Agrupación del PSOE en nuestro pueblo, los socialistas de Torrelodones, como personas convencidas de que la política es una noble y necesaria actividad, sostenemos con nuestro esfuerzo económico y personal la actividad del PSOE como partido en nuestro municipio. 

Desde aquel lejano 1931, no hemos hecho otra cosa que trabajar por el bien común de Torrelodones, con nuestra voluntad personal y, en muchas ocasiones, rascándonos el bolsillo particular de cada uno de nosotros. Otros entran y salen, muchos se desgastan en inútiles luchas intestinas, algunos parece que inventaron poco menos que la rueda. Nosotros somos la garantía de la estabilidad, del rigor y de la solvencia. Lo hemos sido y lo seguiremos siendo en el futuro.

miércoles, 13 de febrero de 2019

En cien días, todos a las urnas


El próximo 26 de mayo, dentro de cien días, todos estamos llamados a las urnas a unas elecciones municipales que va a ser absolutamente trascendentales. Lo van a ser en toda España pero en Torrelodones esa trascendencia va a ser doble: por un lado se abre un escenario político completamente nuevo en el que la actual mayoría absoluta de Vecinos por Torrelodones puede dejar de ser una realidad. Paralelamente, fuerzas políticas situadas en la derecha más extrema están preparándose para intentar llegar a las instituciones locales. Para todos los progresistas, este doble reto debería ser una importantísima llamada de atención para que nadie, absolutamente nadie, se quede en casa el 26 de mayo y acuda a expresar su posición depositando su papeleta en la urna. Es la mejor forma de que nuestra voz se escuche y nuestra opinión se tenga en cuenta.

Hace muchos años el rey Carlos III decía que sus vasallos eran “como las criaturas que lloran cuando se les lava la cara”. El monarca de quien dicen fue el mejor alcalde de Madrid sin duda que albergaba buenas intenciones, pero, en sintonía con el despotismo ilustrado del siglo XVIII, hizo suya la idea de que había que hacer todo para el pueblo, pero sin el pueblo. En mayo de un lejano 1761 el rey implantó por las bravas una serie de normas para mejorar la higiene y la limpieza de las calles de Madrid. No sabemos a qué partido se afiliaría Carlos III de vivir en la actualidad, pero si en aquel tiempo hubiéramos existido, los socialistas nos hubiéramos opuesto a las maneras un tanto avasalladoras con que implantó unas reformas que, sin duda eran necesarias. Claro, que hace de aquello tres siglos y medio y las maneras de actuar de los que ostentan el poder deberían haber cambiado con el paso de los años.

Un alcalde, o alcaldesa, lo es de todos los vecinos, de los que le votan y de los que no, de los que le aplauden y de los que le cuestionan. Hablar con todos, sobre todo con quienes no estén de acuerdo con la gestión que se lleve a cabo, es la primera obligación de cualquier representante institucional, en Torrelodones también. Por otra parte, debería quedar asentado como una de las bases de la democracia que el desacuerdo es lícito e incluso sano para la vida democrática de las instituciones.

Quien llegue a un gobierno, sobre todo en un Ayuntamiento, tiene la obligación de aceptar las críticas, de escuchar a quienes no piensan como ellos. Sin embargo esa actitud de mano tendida, de colaboración, ha faltado durante los ocho años de gobierno de Vecinos por Torrelodones, especialmente en esta segunda legislatura en la que su cómoda mayoría absoluta no ha hecho sino exacerbar unos rasgos prepotentes que, desde el primer día, han sido casi marca de la casa. El aragonés Baltasar Gracián dejó escrito que “son eternos los yerros de los príncipes, nacen comúnmente en lo más oculto de sus palacios y luego vuelven a las plazas”.

En estos últimos cuatro años en Torrelodones han abundado las señales de una de la enfermedades más habituales entre los poderosos, la soberbia. Una dolencia que se agrava especialmente si viene acompañada de su hermana la prepotencia. Abundan también los administradores de lo público que se jactan de no hacer política, cuando ejercen esa tarea a diario. Los pretendidos buenos gestores de lo ajeno a los que, cual si fueran tocados por un divino dedo, nada se puede objetar sobre su administración.

Dentro de cien días tenemos en la mano la más poderosa de las armas contra los adalides de las pretendidas nuevas formas de la política, aquellos que se arrogan la exclusiva patente de representación de sus convecinos, los que advierten a cada paso que ellos y sólo ellos son los ungidos de la legitimidad democrática. Los pretendidos regeneradores de la vida pública que levantan muros frente los que osan ya no a discrepar, sino simplemente a no comulgar con el pensamiento único.

Metense a querer dar gusto a todos, que es imposible, y vienen a disgustar a todos, que es más fácil”, decía Gracián hace más de cuatro siglos, como si previera los modos y maneras de desenvolverse en asuntos en los que prefieren ponerse de perfil, asuntos que afectan a la vida de las personas pero que, por aquello de ser supramunicipales, se permiten el lujo de pasar de puntillas.
En nuestra mano está que los pretendidos regeneradores de la política, los que arribaron al puerto del gobierno de nuestro pueblo a bordo de una nave que iba a ser el asombro de propios y extraños y que han dado muestras más que sobradas de su manifiesta incapacidad para encajar un elemento que está indisolublemente unido a la acción de gobierno, la crítica, tengan que bajarse de su pedestal y avenirse a negociar, a dialogar y a llegar a puntos de entendimiento.
La cita del 26 de mayo, dentro de cien días, es una oportunidad de oro para que en nuestro pueblo comience una nueva era en la que se destierren la prepotencia y la soberbia y den paso al consenso y la voluntad de acercar posturas con el único objetivo de mejorar la vida de nuestras vecinas y vecinos.


Rodrigo Bernal
Candidato del PSOE a la Alcaldía de Torrelodones

miércoles, 30 de enero de 2019

La importancia de la palabra o cómo mirar para otro lado es tomar partido


En el pleno del 22 de enero Vecinos por Torrelodones y el el Partido Popular, optaron por ponerse de perfil en la votación de una moción sobre violencia de género y en apoyo al colectivo LGTBI. Nuestro candidato a la alcaldía, Rodrigo Bernal, reflexiona sobre la importancia de los gestos cuando se ponen en cuestión los derechos de las personas.




El PSOE se ha caracterizado por su decidido apoyo a los avances sociales que nuestro país ha experimentado en las últimas décadas. Los socialistas hemos sido la locomotora que ha impulsado reformas legales de gran calado, como el matrimonio igualitario y todas aquellas que tienen que ver con la igualdad entre hombres y mujeres. Una de las grandes conquistas en este terreno fue la Ley de Violencia de Género, aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados en 2004.



En los últimos meses han surgido colectivos amparados bajo siglas políticas que ponen en cuestión el término mismo de violencia de género. Son negacionistas de nuevo cuño, como aquellos que rechazan la existencia del cambio climático o ponen en cuestión hechos absolutamente probados desde el punto de vista histórico. No voy a ser yo quien se atreva a definir qué es violencia de género y que es violencia doméstica, pero vamos a echar mano de expertos internacionales que definen como violencia de género a aquella que se produce contra la mujer por el hecho de serlo y la ejerce su pareja o ex pareja varón. Esa una manifestación violenta que está reconocida por diversos instrumentos internacionales; uno de los más relevantes, y del que es firmante España, es el conocido como Convenio de Estambul.


Este tratado reconoce la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y la aborda a través de medidas dirigidas a la prevención, la protección a las víctimas y el enjuiciamiento de los autores El Convenio contempla como delito todas las formas de violencia contra la mujer: la violencia física, psicológica y sexual, incluida la violación; la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada. Esto implica que los Estados deben introducir en sus sistemas jurídicos estos delitos.


Sin embargo, la violencia doméstica es la que se produce en el hogar y la puede ejercer y sufrir cualquiera de los miembros del núcleo familiar. Es más, incluso esta forma de violencia afecta más a las mujeres, que son mayoría entre las víctimas. Los datos señalan que en 2017 había 7.392 víctimas de las que, según el Instituto Nacional de Estadística, 4.619 eran mujeres (un 62,5%) frente a 2.773 hombres. Por tanto,mezclar violencia de género con violencia doméstica supone negar que la causa de la violencia de género es el machismo y que, de esa desigualdad estructural e histórica entre sexos, se deriva una violencia, que en los casos más extremos se ha llevado por delante la vida de 978 mujeres desde 2003. Puesto que la causa de la violencia de género es distinta a la de la violencia doméstica, necesita de leyes y recursos específicos para combatirla.


NO POSICIONARSE ES TOMAR PARTIDO

En este clima de negacionismo de la violencia de género, de negacionismo de la presión discriminatoria que, a pesar de lo mucho que hemos avanzado, siguen sufriendo colectivos vulnerables como las personas LGTBI, los gestos y las palabras nunca son vacuos. Es en ese contexto en el que se enmarca la moción que nuestro Grupo Municipal llevó al pleno y en la que, con excusas absolutamente incomprensibles, tanto Vecinos por Torrelodones como el Partido Popular prefirieron ponerse de perfil y abstenerse. Quizás el PP de Torrelodones piense, como dijo su candidata a la Comunidad de Madrid, que "en España rige una escandalosa dictadura del feminismo radical, provocada por la Ley de Violencia de Género", que habrá que recordar nuevamente que fue aprobada por el PP en 2004 ya que salió adelante por unanimidad con todos los votos a favor en el Congreso de Diputados, convirtiéndose en la primera ley integral contra la violencia de género en Europa.

Más llamativa resulta la abstención de Vecinos, que es cierto que ha implantado políticas de integración social y de denuncia de la violencia de género como señalaron en el pleno, pero que no parece comprender que los gestos y las palabras son tan importantes o más que las actuaciones de gobierno. Incluso se han permitido calificar nuestra iniciativa, que únicamente buscaba un gesto de apoyo al ordenamiento jurídico que ya tenemos frente a los que han usado la violencia contra las mujeres como moneda de cambio en negociaciones políticas, como una iniciativa vacua y electoralista.


Desde el PSOE nos sentimos decepcionados y profundamente tristes porque asuntos tan importantes no estuvieran superados y absolutamente incorporados a la realidad política y social de nuestro país y de nuestro pueblo. Al hilo de la pretendida vacuidad de una iniciativa como la que llevamos al pleno, me viene a la memoria un poema escrito por el pastor luterano Martin Niemöller en 1946.:


Primero vinieron por los comunistas, y yo no dije nada,
porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada,
porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada,
porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.


Hay asuntos en los que ponerse de perfil es tomar partido, en los que decir que mejor lo debatan sus mayores es tomar partido, en los que decir que el Ayuntamiento no es el foro para discutirlos es tomar partido, en los que mirar para otro lado es tomar partido.


Rodrigo Bernal
Candidato del PSOE a la Alcaldía de Torrelodones

lunes, 28 de enero de 2019

Precariedad laboral en las licitaciones de nuestro Ayuntamiento

Tal como indican las bases de ejecución de los presupuestos municipales, en las que se prima el precio frente a las mejoras, el prácticamente único criterio que guía la gestión de Vecinos por Torrelodones es el precio de los contratos. En la explicación de los presupuestos municipales de otros ejercicios, hay que recordar que este año el Ayuntamiento está funcionando con las cuentas de 2018 prorrogadas, el Concejal de Hacienda, Luis Collado, se ha jactado en repetidas ocasiones de los importantes remanentes con las bajas que saben de antemano que se van a producir en las licitaciones municipales.


Sin embargo, estos pretendidos ahorros no salen ni mucho menos gratis y tienen sus efectos, tanto en los propios concursos públicos que se convocan como en la ejecución de los mismos. A lo largo de la legislatura se han declarado desiertos varios concursos porque ninguna empresa se ha mostrado interesada en presentar ofertas, como ha sucedido con el nuevo Centro de Protección Animal que ha tenido que ser vuelto a licitar al estimarse que los costes previstos eran un 40% inferiores a los reales.

Además de la falta de licitadores a determinados procesos de contratación, se suma las reiteradas penalidades impuestas a adjudicatarios de concursos que no cumplen con sus obligaciones e, incluso, empresas que a mitad de contrato renuncian al mismo. En estos años se han impuesto multitud de penalidades a contratistas, como los de las obras del Parque Arroyo Valero o de los Huertos Urbanos, mientras que todos recordamos el calvario de retrasos que supuso la obra de la pista de patinaje de la calle Nueva o de la acera de Las Marías.

Más grave aún es que dos licitaciones importantes han sido tumbadas por los tribunales administrativos. A finales de 2016 el Tribunal Administrativo de Contratación de la Comunidad de Madrid dio la razón a la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza que presentó un recurso al concurso para la limpieza de los edificios municipales en base a que, según sus cálculos, el importe máximo por hora era inferior al salario mínimos recogido en convenio.
 
En este caso se había licitado un contrato que ni siquiera permitía cumplir los mínimos del convenio de limpieza, que ya es de por sí bastante precario, como los perniciosos efectos que tiene el uso del precio como único baremo para la adjudicación de contratos públicos, con la consiguiente precarización del empleo y la rebaja de las condiciones laborales de los trabajadores que prestan los distintos servicios municipales que salen a licitación pública.


Una situación que se ha vuelto a dar en el caso del contrato de la recogida de basuras y la limpieza viaria, también anulado por el Tribunal Administrativo de Contratación de la Comunidad de Madrid. Uno de los argumentos que más nos preocupa es que el Tribunal indica que no se ha calculado bien el coste del servicio, especialmente en materia salarial, con las implicaciones que esta situación pueden suponer para los trabajadores de las empresas que, finalmente, se hagan cargo del servicio.



CRITERIOS SOCIALES Y RESPONSABILIDAD

En opinión de los socialistas, una buena herramienta para evitar todos estos problemas sería la implantación de una instrucción de criterios sociales en la contratación. En esta legislatura se dio luz verde a una moción impulsada por el PSOE, que fue apoyada por la mayoría del pleno municipal, para que el Ayuntamiento de Torrelodones pudiera contar un protocolo de cláusulas Sociales y medioambientales en los procedimientos de adjudicación y en la ejecución de los contratos. 

Hasta ahora, tal y como obliga la Ley, el criterio casi único por el que se adjudican los contratos es casi exclusivamente el precio, una circunstancia que provoca que las empresas presenten ofertas a la baja para tratar de lograr las adjudicaciones y que tiene las consecuencias que todos hemos padecido, como obras que se eternizan por falta de personal, concursos que tienen que replantearse porque su presupuesto no cubre ni los salarios fijados en el convenio del sector y adjudicaciones que se tienen que rescindir porque las empresas no cumplen lo que tienen firmado”.

Por esas razones, los socialistas creemos que es importante que los criterios de adjudicación de los contratos municipales tengan en cuenta más elementos que los puramente económicos. Se trata de no ceñirse exclusivamente a la aceptación de las ofertas económicas más ventajosas para, de esa manera, tener también en consideración aspectos relacionados con la justicia social y la mejora medioambiental, cuya aplicación conlleva importantes beneficios tanto para la ciudadanía como para el propio Ayuntamiento y las empresas que operan en nuestro municipio”.

El estilo de contratación de Vecinos por Torrelodones tiene otras consecuencias que tampoco se ven en el balance contable del Ayuntamiento, y son las condiciones de trabajo de los servicios que externalizamos. Está claro que Vecinos no tiene criterios sociales en la contratación, solo les vale lo que quede bonito en su pretendido superávit y en su cacareada deuda cero.



Rodrigo Bernal, candidato del PSOE a la Alcaldía de Torrelodones

Es convivencia y tolerancia, no ingeniería social


No dejes que la realidad te estropee un buen titular’. El famoso axioma del mal periodista encaja casi perfectamente con ciertos planteamientos que ha puesto sobre la mesa la derecha más extremista, especialmente en materia de educación. En este terreno podríamos cambiar el dicho periodístico por ‘no dejes que la realidad estropee los estereotipos familiares que queremos imponer como únicos’. En estos últimos años la sociedad occidental, y la española también, ha cambiado a pasos agigantados. El casi monolítico modelo de familia nuclear, papá, mamá y unos cuantos hijos, ha sido sustituido paulatinamente por muchos tipos de familias distintas, con unas estructuras más complejas y diversas en las que tiene cabida casi cualquier modelo de convivencia.


UN PRESENTE CAMBIANTE Y UN FUTURO POR ESCRIBIR

En años muy pretéritos, cuando los primeros gobiernos municipales surgidos de las elecciones democráticas, comenzaron a trabajar en educación de calle, surgieron muchas voces que, a veces con mucha vehemencia, reclamaban el casi sagrado derecho de educar a sus hijos en sus particulares creencias. Unas voces que casi siempre surgían del mismo lado, el religioso, y que contenían de base un mensaje común: ‘no queremos que nuestros hijos conozcan toda la realidad, sólo la que nosotros como padres queramos mostrarles’. Sin embargo, la fuerza de los cambios que nuestra sociedad ha vivido en las últimas décadas se ha demostrado imparable y ha modificado, quizás para siempre, la manera de relacionarnos como individuos y como integrantes de un colectivo.

En estos años se ha hecho valer, a veces con más convencimiento y otras con menos, uno de los principales mandatos constitucionales, que las instituciones están obligadas a velar por el interés superior del menor, tal como dice nuestra Constitución en referencia a la Convención de los Derechos del Niño, que señala que en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. Es en aras de ese interés superior por lo que desde los primeros años de la democracia las instituciones, y muy particularmente los Ayuntamientos, han sido elementos decisivos a la hora de hacer que nuestra sociedad sea cada día más inclusiva, que los valores del respeto mutuo y la tolerancia vayan poco a poco siendo absolutamente mayoritarios.

Cuarenta años de democracia han servido para que, cada vez más, todo el mundo tenga su sitio en una sociedad abierta, plural y compleja como la nuestra. Frente a quienes pretenden permanecer en unas estructuras sociales monolíticas las instituciones, especialmente la escuela, se han convertido en verdaderos garantes de la inclusión, frente a quienes parecen temer a la diversidad, los propios niños y jóvenes demuestran cada día como los prejuicios van cediendo terreno hacia un escenario en el que nadie, ni por el color de su piel, ni sus creencias religiosas, ni su tendencia sexual ni por el tipo de familia en el que viva se sienta excluido.

No ha sido un camino fácil ni sencillo, ha estado plagado de dificultades y de resistencias que todo cambio tiene que vencer. En ese tránsito desde una sociedad casi monocolor hacia una en la que la diversidad es el común denominador, el mundo de la educación ha sido y seguirá siendo fundamental. Que nuestros niños y niñas conozcan que hay muchos tipos de familia, que hay muchas maneras de convivir no sólo es positivo, es absolutamente necesario. Los hechos lo demuestran: en nuestros pueblos y ciudades la expresión de la diversidad es algo absolutamente enriquecedor para todos como sociedad y para España como país. De todos los modelos de vida hay algo que podemos aprender, algún elemento positivo que nos permita mejorar como personas y como colectivo. Esconder la realidad, como el ave que mete la cabeza debajo del ala, es un ejercicio absolutamente inútil porque la fuerza de los hechos acaba siempre abriéndose paso. 

Muchos dirán que son sólo palabras, pero no hay nada más poderoso que las palabras ni nada más revolucionario que las ideas. Estamos ante un momento en que no podemos dar nada por asentado, en que podemos retroceder muchos pasos en un camino en el que demasiadas personas se han dejado jirones de su vida. Afortunadamente, al menos así ha sido históricamente, el progreso siempre acaba venciendo al inmovilismo y a los que pretenden que involucionemos. Pero no podemos dejar de estar alerta ni un segundo porque están en riesgo demasiadas cosas que han costado demasiado caro conseguirlas.


Rodrigo Bernal, candidato del PSOE a la Alcaldía de Torrelodones

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Rodrigo Bernal presentó las lineas maestras de nuestro proyecto político


Nuestro cabeza de cartel para las municipales expuso a los militantes de la Agrupación Socialista las líneas generales del proyecto político con el que vamos a concurrir a los comicios previstos para el próximo 26 de mayo.

Tras ser proclamado candidato a la Alcaldía de Torrelodones por la Comisión Regional de Garantías Electorales de PSOE Madrid, Rodrigo Bernal, ha presentado a los militantes de la Agrupación Socialista de Torrelodones cuáles van a ser los ejes principales sobre los que va a girar el proyecto político con el que los socialistas vamos a concurrir a los comicios municipales de mayo del año que viene.



En el acto, que tuvo lugar el pasado viernes, nuestro candidato estuvo acompañado por el Secretario General del PSOE de Torrelodones, Guillermo Martín, y nuestra portavoz municipal y Secretaria de Organización, Elena Repullo, quien señaló que “Rodrigo es la mejor opción que tenemos: es joven, es dinámico, es incluso atrevido. Rodrigo es lo que el PSOE necesita en estos tiempos de cambios, de nuevos liderazgos, de renovación”. Para nuestra concejala, los socialistas tenemos una enorme ventaja sobre muchos otros, “somos un partido sólido, con profundas raíces en nuestro entorno, con una militancia extraordinaria que ha dado repetidas muestras de lo que es capaz, incluso cuando todas las miradas y todas las tensiones están puestas sobre nosotros”.

Nuestro Secretario General, Guillermo Martín, quiso expresar en nombre de toda la Ejecutiva local del PSOE, “todo el apoyo al que va a ser cabeza de lista de nuestro partido para las elecciones municipales del próximo 26 de mayo”. En su intervención, dio las gracias a Rodrigo por su valentía “cuando le planteé que se pensase encabezar la lista socialista a las elecciones municipales del año que viene” y señaló que “las y los socialistas de Torrelodones apoyamos a Rodrigo y vamos a trabajar todos juntos tan bien como hemos trabajado siempre”.

Finalmente, antes de someterse a las preguntas de los militantes, Rodrigo Bernal desgranó cuáles va a ser los ejes programáticos sobre los que va a pivotar la campaña socialista, “unos ejes que se llevan elaborando por parte de un equipo de trabajo desde antes del verano y que, en próximas fechas, se concretarán en el que va a ser nuestro programa electoral”. 

El candidato socialista indicó a los militantes que está preparado para afrontar el reto de encabezar la lista municipal: “voy a poner todo lo mejor de mí para que logremos los mejores resultados, no solo para el partido, sino para el conjunto de la sociedad torresana”. También quiso señalar que “estoy preparado para asumir con absoluta responsabilidad el proyecto político sobre el que llevamos trabajando a lo largo de esta legislatura, una tarea para la que quiero contar con todas y todos, con vuestra experiencia y con vuestro innegable compromiso político”.